La historia del Documento Nacional de Identidad en Argentina tuvo como antecedente el carné de identidad que puso en práctica Franco en España en 1944.
Sin embargo, veremos a continuación que en nuestro país la concreción de un documento único de identidad nacional fue una sucesión natural que comenzó con la cédula de identidad policial y la libreta de enrolamiento, aunque la obligación de identificación de las personas había comenzado mucho tiempo atrás.
Indice
Los Registros Parroquiales
El 13 de julio de 1573 el rey de España Felipe II promulgó las “Ordenanzas de Descubrimientos, nueva población y pacificación de Las Indias”, documento mediante el cual encargó a la Iglesia Católica llevar registros de los bautismos, matrimonios e inhumaciones, dando origen a los registros parroquiales que se mantienen hasta hoy en día.
El Registro Civil argentino
La iniciativa de llevar un registro distinto al que ya tenían de las Iglesias fue obra de Alsina cuando fue gobernador de la provincia de Buenos Aires. Alsina dispuso que además del registro eclesiástico, las Iglesias debían elaborar otro libro parroquial que debían entregar a la autoridad pública, obligación que se mantuvo hasta la presidencia de Julio A. Roca cuando finalmente se creó el Registro Civil de la Ciudad de Buenos Aires y los Territorios Nacionales.
De esta manera, mediante la ley 1565 de octubre de 1884, que entró en vigencia en 1886, entraron a regir libros donde se asentaban los datos censales, organizados y administrados por el Estado.
En 1963, se dictó el decreto ley 8204 que estableció las actuales funciones del Registro del Estado Civil y de la Capacidad de las Personas, que son las de inscribir todos los actos y hechos que alteren o modifiquen el estado civil: nacimiento, matrimonio y defunción.
La Cédula de Identidad policial
A principios del siglo XX, la Policía emitía la Cédula de Identidad para tener un registro prontuarial de las personas. De esta forma, la ficha policial del individuo permitía conocer la existencia de causas judiciales o antecedentes penales.
Según el Museo Policial Argentino, la primera cédula se expidió en 1907 y el privilegio del número 1 le correspondió a su creador, el comisario José Gregorio Rossi, un rosarino que implementó el sistema de identificación dactiloscópica de Juan Vucetich y el prontuario. La cédula policial se dejó de utilizar en marzo de 2011.
La Libreta de Enrolamiento
Los problemas de fraude electoral que vivió la Argentina a fines del siglo XIX y principios del XX, determinaron la sanción de la ley 8129, de fecha el 4 de julio de 1911, que establecía la creación de la Libreta de Enrolamiento. Este documento era obligatorio para todos los ciudadanos varones al cumplir los 18 años y su trámite podía hacerse en los distritos militares y en las oficinas del registro civil. Su función principal, además de la identificación personal era el acceso al Padrón Electoral y garantizar el cumplimiento del servicio militar obligatorio.
Los inmigrantes, exceptuados de enrolarse, podían tomar la nacionalidad argentina para integrarse como ciudadanos argentinos junto a sus hijos y así contribuir a la cohesión en la sociedad, fragmentada por el shock demográfico que supusieron las distintas olas inmigratorias.
Esta nueva norma junto a la ley 4.031 de diciembre de 1901 de enrolamiento de los hombres que realizaban el servicio militar, y a la ley 8130 de Padrón Electoral, fueron esenciales para el éxito de la ley Sáenz Peña que estableció el voto secreto y obligatorio.
LA LIBRETA CIVICA
Durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón, en 1947 se sancionó la ley 13.482 que creó el Registro Nacional de las Personas (RENAPER) y se dispuso la creación de la Libreta Cívica, que posibilitó el acceso de las mujeres al voto en igualdad con los varones.
El 11 de noviembre de 1951 las mujeres votaron por primera vez en las elecciones presidenciales. Una gran cantidad de censistas recorrió casa por casa durante esos años, y a través de una intensa campaña publicitaria alentaba a las mujeres a empadronarse.
El DNI LIBRETA Y TARJETA
El Documento Nacional de Identidad, como documento de identificación tal como lo conocemos ahora, fue instituido en 1968 durante la Dictadura de Onganía.
A partir del 2009, a la par del formato clásico del DNI libreta con tapas verdes, se comenzó a usar el DNI tarjeta. Tres años más tarde, en el 2012 la libreta se dejó de usar.
En noviembre de 2020, el DNI tarjeta incorporó un nuevo diseño, con el mapa bicontinental.
La historia del documento nacional de identidad en Argentina inició su último capítulo en abril de 2022 con la aparición del DNI digital, sin embargo hasta el momento su uso se encuentra limitado, exigiéndose todavía la credencial física para la mayoría de los trámites.
En cuanto a la ciudadanía italiana, los consulados italianos únicamente admiten el documento vigente, por tanto será necesario presentar el DNI tarjeta con domicilio actualizado para realizar cualquier tipo de trámite a falta de un documento de identidad italiano.
